El fumar el habano es una experiencia sensorial, donde el maridaje juega un papel esencial. Este puede actuar de "catalizador", realzando todos los sabores, pero debemos tener cuidado, ya que si no somos cuidadosos, puede convertir una agradable experiencia, en un auténtico suplicio. En el día de hoy queremos abordar los maridajes del habano, con especial foco en los licores blancos.
La mayoría de los destilados blancos como el pisco, la ginebra o el vodka, no pasan por una barrica de madera en su proceso de elaboración, y por tanto no entregan las notas tostadas, torrefactas o acarameladas que en general se buscan para acompañar un habano. También se dice que estos destilados carecen de sabor y solo presentan una fuerte nota alcohólica que no aporta nada al maridaje.
Pero en esto de los maridajes siempre el que manda es el paladar de cada uno. En este sentido, la clave general es equilibrar los sabores e intensidades de cada producto. Por ejemplo, si maridamos un habano de la marca Hoyo de Monterrey o H. Upmann (ambos suaves) con un ahumado y potente whisky de Islay, el sabor del puro se desvanecerá en el paladar al primer sorbo, produciendo un "KO" al primer asalto. ¿Cómo arreglamos este encuentro? Siempre hay claves, una de ellas es “suavizar” el whisky con unas gotitas de de agua (sí, gotitas, no un generoso chorro como si abriésemos el grifo) o simplemente un par de hielos hasta que el intenso sabor se atenúe e iguale al habano. Verán como su paladar se lo agradecerá y le permitirá disfrutar de ambos hasta el final. ¿Sacrilegio? Nada de eso. Los grandes expertos en whisky recomiendan abrir la bebida con un poquito de agua o hielo antes de beberlo.
Si maridamos un habano suaves, con un ahumado y potente whisky de Islay, el sabor del puro se desvanecerá en el paladar al primer sorbo, produciendo un "KO" al primer asalto.
Al final lo que buscamos es placer de principio a fin. ¿Pero cómo hacemos en el caso de los destilados blancos? Para ellos también hay claves y consejos que pueden colaborar en la “cohabitación” con el habano. En el caso de la ginebra, la recomendación es un toque de agua tónica o soda. Una pincelada de jugo de limón puede balancear correctamente unos registros amargaos elevados y poderosos rastros picantes, caso de la marca Montecristo, por ejemplo. Verán como si preparan un "gin-tonic", este creará una perfecta armonía con el habano, especialmente si éste es de sabor medio a intenso, estilo Vegas Robaina, Diplomáticos o Juan López.
El "gin-tonic" crea una perfecta armonía con el habano, especialmente si éste es de sabor medio a intenso, estilo Vegas Robaina, Diplomáticos o Juan López.
Para los que gusten de Vodka, también podemos recomendar algunas claves para maridarlo con un buen habano. Si muerde una rodaja de limón con un poco de café en grano y azúcar (al estilo del limón y sal que acompaña a un tequila) y luego toman un sorbo de vodka, verán que no solo realza los sabores en el paladar, sino que da un toque de tostado fresco que pedirá a gritos una bocanada de humo para compensarlo. En este caso, la armonía con el habano es sorprendente y aquí recomendamos un cigarro de sabor punzante y aromático como el Bolívar Belicosos Finos (una Campana en vitola de galera de 140 mm x 52) o el Ramón Allones Specially Selected (Robusto de 124 mm x 50), grandes exponentes de ambas casas.
Hagan la prueba. Espero con entusiasmo sus impresiones.
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