Hola a tod@s!
Entramos en marzo, apurando el invierno y con una primavera que oficialmente entrará en unos días, pero que ya empieza a despuntar.
En esta ocasión, nos vamos a Cuenca, a uno de los proyectos de Micaela y Aurelio, que además de los vinos en los que nos vamos a centrar, tienen otro vino de parcela, que recibe el nombre de La Infanta, y que es un vino de producción muy pequeña, de una parcela muy singular de 0,37 Has.
Son vinos de parcela, un concepto que cobra bastante fuerza y donde lo que se busca es destacar la expresividad tanto de la uva como del terreno, es decir, que cada micro-parcela muestre a las claras su marcada personalidad, en contra de la tendencia de hacer el vino homogéneo mezclando diferentes variedades.
Os dejamos al final del artículo, la ficha de Mikaela 2016 y de El Reflejo de Mikaela 2018, los vinos que os presentamos hoy. Si alguno os interesa, sólo tenéis que escribir AQUI.
Esperamos que disfrutéis una buena copa de estos vinos, sibaritas!
Buenos días, parece que comienza este mes de marzo con noticias más esperanzadoras en el apartado sanitario. La Salud es lo más importante y, a partir de ahí, se puede acceder a placeres como el que nos ocupa, el vino.
Tanto en esta selección como en las sucesivas de abril y mayo, me voy en busca de enólogos que me han marcado en este año pasado 2020, y que sus vinos me han fascinado.
Los enólogos
Voy a comenzar con el equipo que forman los enólogos Micaela Rubio y Aurelio García que, a su vez, son matrimonio.
Tratando de conocer un poco más sus trabajos, te diré que ellos trabajan en 4 localizaciones. 2 de ellas son de otros viticultores, que necesitan de un técnico para la elaboración de sus vinos, que están en Madrid y en la Ribera del Duero. Además, tienen sus 2 micro proyectos personales, en los que, prioritariamente, Aurelio está un poco más en Ávila (Cebreros) y Micaela un poco más en Cuenca (Ribera del Júcar).
Aurelio pasa toda la semana subido a su coche, de proyecto en proyecto supervisando el trabajo desde Madrid a la Ribera del Duero, excepto el fin de semana que se va, con su mujer e hija, a sus viñedos, a realizar tareas de viticultura en su casa, en Cuenca.
Este “grandullón incombustible”, como yo le llamo, es todo paciencia y sabiduría, le escuchas hablar y es una clase tras otra de viticultura, pues te habla con una pasión que te absorbe. Vamos, que las horas se me hacen minutos, creo que se me nota.
Luego pruebas sus vinos y no das crédito, es capaz de imprimir a cada uno su propia identidad.
Localización de los viñedos
Centrándonos en sus proyectos personales, están comprando pequeñas parcelas de viñedos muy viejos de algunos "paisanos" que se han gastado en el campo y que sus siguientes generaciones no desean continuar explotando esos viñedos.
Los viñedos están ubicados en los pueblos de Casas de Benítez y Pozoamargo (Cuenca) y una característica muy llamativa es que están sobre suelos de cantos rodados. Esto es algo rarísimo en la zona, además se encuentra gran cantidad de uva blanca, que había plantada en el viñedo de uvas tintas (práctica muy habitual en todo viñedo viejo de nuestro país).
Los vinos en cuestión
Allí elaboran 2 vinos, Mikaela 2016, que podemos decir que es el vino top, en el que utilizan más crianza en barrica y depósito, con unas miras más altivas, de vino internacional, y El Reflejo de Mikaela 2018 que, aun teniendo menos tiempo de crianza, a mí particularmente me tiene loco. Me recuerda a buenos vinos franceses del Ródano Norte.
Ambos vinos comparten suelo, y se caracterizan porque debajo del canto rodado de la superficie, hay una capa de arcilla y debajo de la arcilla el subsuelo es de roca calcárea, lo cual aporta una personalidad diferente al vino
Mikaela 2016, es el Vino de Paraje, elaborado con 3 viñedos muy próximos entre sí. Es un vino mineral, complejos y con un paso de boca ágil por su buena acidez y sus taninos dulces.
El Reflejo de Mikaela - Es el Vino de Pueblo (denominación que se deba a los vinos de un municipio desde el S.XV y que se cambió por las D.O. a partir de comienzos del S.XX por influencia francesa), y se caracteriza por ser un vino aromático, muy fresco, de buen balance entre tanino y acidez. Para preservar estos caracteres hacemos una crianza respetuosa, trabajamos la crianza de este vino en vasijas de gres y en barricas de 225 y 500 litros, resultando un vino complejo pero a la vez refrescante y atractivo.
Por cierto, la variedad de uva de la que están hecho es la Bobal. Surge la cuestión de cómo habrán podido exprimir a esta variedad, y a su pequeño porcentaje de variedades blancas en los viñedos, para sacar estos vinos. La respuesta la obtienes viendo el viñedo y la forma como está trabajado.
A disfrutar
Luis
Fotografía, Micaela Rubio - Aurelio García; Google
Bravo por el articulo! Como siempre sorprendeis con unos vinos espectaculares! gracias por una excelente presentacion.