Volvemos a la rutina del mes de Septiembre con fuerza. En esta ocasión, nos vamos a un vino de Casa Ferreirinha, el Vega Sicilia de Portugal. Ya por el 2018 (aún no teníamos este blog), probamos uno de sus hermanos pequeños, el Vinha Grande.
He de decir que son unos vinos que me encantan y que hasta ese 2018 que mencionaba antes, no tenía en el radar (imperdonable, la verdad).
Sin mas os dejo con la opinión de Luis!
Para este mes, me he inclinado por un vino de nuestro país vecino, Portugal, de la bodega más icónica, Casa Ferreirinha. Es conocida en nuestro sector como el Vega Sicilia de Portugal, obviamente respetando y salvando las distancias a todas las demás bodegas de nuestro país.
La Bodega
Esta bodega tiene mucha historia puesto que fue fundada en 1751 y debe su nombre a Doña Antonia Ferreira, mujer carismática y emprendedora que dio mucha reputación a la región del Duero (Douro, en portugués) y creó gran parte de las bases de lo que hoy es esta zona vinícola.
Hoy, la bodega pertenece a un gran grupo vinícola mundial, Sogrape, que pertenece a una parte de los descendientes de esta señora y otros que provienen del mundo inversor, éstos a su vez tienen muchas bodegas en otras regiones de Portugal y España.
Su vino más icónico es Barca Velha (Douro). En esta ocasión os voy a proponer un vino, que me ha resultado bastante interesante, llamado Callabriga, de la añada de 2018, fantástica en calidad.
El vino en cuestión
Es un vino que proviene de los viñedos situados en el Douro superior, en la finca de Quinta da Leda. El vino, del que se han embotellado 65.000 botellas, se elabora únicamente con las uvas procedentes de la finca, no se compra uva a otros viticultores.
Las variedades con las que se ha elaborado son las clásicas que podemos encontrar en esta región del Douro: 50% Touriga Franca (la base de los vinos de Oporto), 30% Touriga Nacional (da estructura y cuerpo al vino) y 20% Tinta Roriz (tempranillo).
Es un vino que ha estado 14 meses en barricas de roble francés y americano y su estilo podríamos decir que se asemeja a un vino de crianza elaborado remontando el río, en la Ribera del Duero.
Su cata me muestra un vino de color rubí, muy intenso, aparece como un vino muy frutal, que combina la fruta roja y la negra, con aires balsámicos y especiados como de caja de tabaco que provienen de su crianza en barrica. En la boca tiene una entrada suave creando varias capas de textura en su paso, más elegante que potente, se bebe muy bien. Eso me muestra una columna vertebral delgada que me pide otro trago para seguir disfrutando.
A disfrutarlo.
Luis
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